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Presentación

Me presento

Soy Hernán Bonsembiante, sacerdote desde hace 27 años en la diócesis de San Isidro, provincia de Buenos Aires. Entre las distintas actividades y responsabilidades que ocupan la vida de un sacerdote, la predicación es una de las más destacadas. Es la oportunidad de brindar una breve catequesis a quienes se acercan a la Iglesia buscando encontrarse con Jesús. El Papa Francisco ha insistido en la importancia de preparar bien la homilía de tal manera que no sea demasiado larga y que ayude a la gente a escuchar la Buena Noticia de Jesús. Para cumplir este objetivo, es necesario prepararla con amor y dedicación. Rezar con las lecturas de la Misa, especialmente el Evangelio, y poder en pocas palabras ayudar a que la Palabra se encarne en los corazones de los creyentes. Personalmente siempre me ha gustado dedicarle un buen tiempo a esta preparación. En lo posible, toda la mañana del sábado, aprovechando para enriquecer la preparación de la homilía con otras lecturas. Durante años fui escribien...
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Rompe las cadenas que sujetan nuestro corazón. El ritualismo y la superficialidad

Domingo XXII durante el año (Ciclo B) Comenzamos a prepararnos para nuestra fiesta patronal (N. S. de la Merced) y lo hacemos con este lema: "Rompe las cadenas que sujetan nuestro corazón" Dios liberó a su pueblo para poder hacer alianza con él. La gran celebración del Pueblo de Dios es haber experimentado a un Dios liberador, un Dios que quiere un hombre libre. Todo lo que nos esclaviza es enemigo de Dios. Todo lo que nos impide desarrollarnos como persona está en contra de Dios. Pero esta liberación no es para que andemos sueltos y que cada uno haga lo que quiera sino que es una libertad para que podamos responder a una pregunta: ¿Querés amar?. Es la pregunta que se le hace a los novios. Es la pregunta que escuchamos el domingo pasado: ¿ustedes quieren irse? Este amor no es condición sino oferta, pregunta, mano extendida... ¿Querés ser feliz conmigo para toda la eternidad? Pero dicho así parece que la libertad es previa al amor, que primero está la libertad y luego el amor....

¿También ustedes quieren irse? Jn 6, 67

Domingo XXI durante el año (Ciclo B) Escuchamos hoy las repercusiones del discurso del Pan de Vida que hemos seguido este último mes.  Por un lado, muchos discípulos de Jesús dejan de seguirlo: "¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?" En un tono que parece de cierto dolor, Jesús les pregunta a los Doce: "¿También ustedes quieren irse?". Pero Pedro, tomando la palabra y contestando en nombre de todos, responde: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna". Pensaba en esta situación de muchos que se alejan. Pensaba que hoy en día somos testigos de lo mismo. Luego de la pandemia, muchos dejaron de venir a misa. No sólo eso, sino que otros, al no poder venir a misa, sintieron que no perdían nada... "Dejé de venir y no pasó nada"... Vemos cómo con cada nueva generación se va deshilachando nuestra fe... Ya no hay tantos matrimonios, hay menos bautismos... La catequesis familiar pierde su fuerza... Los padres se preguntan por qu...

"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna" Jn 6, 54

Domingo XX durante el año (Ciclo B) En el Evangelio según san Juan hay una especie de juego entre el autor y el lector. Jesús dice algo, sus interlocutores no lo entienden, o lo entienden mal, y esto da pie para que nosotros los oyentes nos involucremos y hagamos la interpretación correcta. Un ejemplo de esto que probablemente todos recordamos es el diálogo con Nicodemo, en el cap. 3: “Nicodemo, hay que nacer de nuevo”. Nicodemo lo entiende literal: “¿Cómo voy a entrar de nuevo en el vientre de mi madre?... Nosotros en seguida corregimos: “Jesús está hablando del bautismo…”. En el texto de hoy pasa algo parecido. Jesús dice, continuando con su discurso, que no sólo hay que creer que él es el pan que desciende del cielo y da vida eterna sino además que el pan es su carne y su sangre. Los que lo escuchan se escandalizan: “cómo este hombre puede darnos a comer su carne y su sangre”. Nosotros decimos como el Chavo: ¡Qué bruto, póngale cero!... Jesús está hablando de la eucaristía! Y s...

"Nadie puede venir a mi si el Padre no lo atrae" Jn 6, 41-51

Domingo XIX durante el año Ciclo B Continuamos leyendo el Cap. 6 de Juan. Jesús ha multiplicado los panes con la intención de invitar a la multitud a buscar un pan que da vida eterna. Ante el pedido de la gente: “Danos siempre de este pan”, Jesús se presenta como el pan que viene del cielo y que da vida eterna: “Yo soy el pan bajado del cielo”. Estas afirmaciones provocan un cierto desconcierto: ¿cómo puede este hombre decir que él ha bajado del cielo si es el hijo de José? Sin embargo, Jesús insiste: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente”. Quiero detenerme en una de las afirmaciones de Jesús: “Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió”. Tal vez pensemos esta afirmación como algo mecánico, automático, como si fuera un imán. Si estamos aquí, es porque el Padre nos atrajo. Y los que no están es porque no fueron atraídos. P ero tal vez convenga pensar la atracción en términos amorosos. Dos personas que se aman se atraen. Y a...

Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna,

Domingo XVIII durante el año Ciclo B Un sacerdote ya mayor, que había dedicado su vida a un gran trabajo social, comentaba amargado: “Si la gente quiere arreglar su casa, me viene a ver a mí. Pero si quiere rezar, se va con los evangélicos.” Jesús está intentando que no le pase lo mismo. No quiere llegar a la cruz y decir: “Le di de comer a mucha gente, pero cuando les hablé de Dios, nadie me escuchó.” Por eso, aprovecha que la multitud lo busca para hablar de Dios, para elevar la mirada al cielo y descubrir que todo don es don de Dios. Uno podría pensar a primera vista que Jesús se equivocó al dar de comer a la multitud con cinco panes y dos pescados. Si su intención era hablar de Dios, podría haber ido directamente al punto. Alguno le podría decir a Jesús: “Mirá que mal te fue, que te tuviste que esconder porque la gente lo único que quería era el pancito. No tendrías que haber repartido el pan, sino directamente tendrías que haber hablado de Dios.” Tal vez nosotros pensamos así p...

Denles ustedes mismos de comer

Domingo XVII durante el año (Ciclo B) A partir de este domingo, y durante poco más de un mes, abandonamos el Evangelio según San Marcos que veníamos leyendo para concentrarnos en el capítulo 6 del Evangelio según San Juan. Este capítulo comienza con el signo de la multiplicación de los panes y continúa con un largo discurso de Jesús que se conoce como el "discurso del Pan de Vida".  Este domingo leemos, entonces, los primeros versículos donde Jesús realiza este signo que dará origen a su discurso posterior. La palabra "signo" no es casual. En el texto que escuchamos aparece dos veces: al comienzo, donde dice que "lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía sanando a los enfermos" y al final cuando la gente lo reconoce como profeta "Al ver el signo que Jesús acababa de hacer". En el Evangelio según san Juan no se habla de milagros sino de "signos" porque cada uno de ellos es una invitación a descubrir algo más allá de lo que...