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Denles ustedes mismos de comer

Domingo XVII durante el año (Ciclo B)

A partir de este domingo, y durante poco más de un mes, abandonamos el Evangelio según San Marcos que veníamos leyendo para concentrarnos en el capítulo 6 del Evangelio según San Juan.
Este capítulo comienza con el signo de la multiplicación de los panes y continúa con un largo discurso de Jesús que se conoce como el "discurso del Pan de Vida". 
Este domingo leemos, entonces, los primeros versículos donde Jesús realiza este signo que dará origen a su discurso posterior.
La palabra "signo" no es casual. En el texto que escuchamos aparece dos veces: al comienzo, donde dice que "lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía sanando a los enfermos" y al final cuando la gente lo reconoce como profeta "Al ver el signo que Jesús acababa de hacer". En el Evangelio según san Juan no se habla de milagros sino de "signos" porque cada uno de ellos es una invitación a descubrir algo más allá de lo que se ve a simple vista.
De hecho, el texto dice que la gente "vio" el signo, pero no dice que lo haya interpretado. Y de alguna manera esto queda de manifiesto cuando Jesús se escapa para no ser aclamado como rey. El mismo Jesús les dirá más adelante que justamente lo buscan porque comieron pan hasta saciarse y no porque hayan entendido el signo. 
Recordemos que, en el Evangelio según San Marcos, después de algún milagro, Jesús pide discreción, tal vez para no ser confundido con un milagrero. Por el contrario, de lo que hablará con toda claridad una vez reconocido como Mesías por Pedro (Mc 8, 27ss) es de su pasión y resurrección en Jerusalén. 
Como si Jesús quisiera decir: hago los milagros para que me crean. En verdad vengo de parte del Padre. Pero lo que tienen que creer es que no hay mayor milagro que dar la vida, que vencer el mal amando hasta el final. En la cruz ya no habrá otro milagro. El pedido de bajarse de la cruz para creer es denunciado como una tentación. 
En el Evangelio según San Juan directamente se proponen los milagros como signos para descubrir detrás de ellos al autor de la salvación y poder creer en él. Estamos invitados a buscar, no los milagros del Señor, sino al Señor de los milagros.

Actualización: la predicación en la misa del domingo 11.30 hs.

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