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Mostrando las entradas de agosto, 2024

"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna" Jn 6, 54

Domingo XX durante el año (Ciclo B) En el Evangelio según san Juan hay una especie de juego entre el autor y el lector. Jesús dice algo, sus interlocutores no lo entienden, o lo entienden mal, y esto da pie para que nosotros los oyentes nos involucremos y hagamos la interpretación correcta. Un ejemplo de esto que probablemente todos recordamos es el diálogo con Nicodemo, en el cap. 3: “Nicodemo, hay que nacer de nuevo”. Nicodemo lo entiende literal: “¿Cómo voy a entrar de nuevo en el vientre de mi madre?... Nosotros en seguida corregimos: “Jesús está hablando del bautismo…”. En el texto de hoy pasa algo parecido. Jesús dice, continuando con su discurso, que no sólo hay que creer que él es el pan que desciende del cielo y da vida eterna sino además que el pan es su carne y su sangre. Los que lo escuchan se escandalizan: “cómo este hombre puede darnos a comer su carne y su sangre”. Nosotros decimos como el Chavo: ¡Qué bruto, póngale cero!... Jesús está hablando de la eucaristía! Y s...

"Nadie puede venir a mi si el Padre no lo atrae" Jn 6, 41-51

Domingo XIX durante el año Ciclo B Continuamos leyendo el Cap. 6 de Juan. Jesús ha multiplicado los panes con la intención de invitar a la multitud a buscar un pan que da vida eterna. Ante el pedido de la gente: “Danos siempre de este pan”, Jesús se presenta como el pan que viene del cielo y que da vida eterna: “Yo soy el pan bajado del cielo”. Estas afirmaciones provocan un cierto desconcierto: ¿cómo puede este hombre decir que él ha bajado del cielo si es el hijo de José? Sin embargo, Jesús insiste: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente”. Quiero detenerme en una de las afirmaciones de Jesús: “Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió”. Tal vez pensemos esta afirmación como algo mecánico, automático, como si fuera un imán. Si estamos aquí, es porque el Padre nos atrajo. Y los que no están es porque no fueron atraídos. P ero tal vez convenga pensar la atracción en términos amorosos. Dos personas que se aman se atraen. Y a...

Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna,

Domingo XVIII durante el año Ciclo B Un sacerdote ya mayor, que había dedicado su vida a un gran trabajo social, comentaba amargado: “Si la gente quiere arreglar su casa, me viene a ver a mí. Pero si quiere rezar, se va con los evangélicos.” Jesús está intentando que no le pase lo mismo. No quiere llegar a la cruz y decir: “Le di de comer a mucha gente, pero cuando les hablé de Dios, nadie me escuchó.” Por eso, aprovecha que la multitud lo busca para hablar de Dios, para elevar la mirada al cielo y descubrir que todo don es don de Dios. Uno podría pensar a primera vista que Jesús se equivocó al dar de comer a la multitud con cinco panes y dos pescados. Si su intención era hablar de Dios, podría haber ido directamente al punto. Alguno le podría decir a Jesús: “Mirá que mal te fue, que te tuviste que esconder porque la gente lo único que quería era el pancito. No tendrías que haber repartido el pan, sino directamente tendrías que haber hablado de Dios.” Tal vez nosotros pensamos así p...